domingo, 3 de noviembre de 2019

¿Ayuno digital?


¿Qué pasarís si los móviles dejarán de existir? ¿Qué pasaría si todos nuestros perfiles en redes sociales se eliminasen? ¿Qué haríamos en nuestro día a día? Estas son algunas de las preguntas que se me ocurrieron una vez hice el reto que se nos propuso en la mención, del cual hablaré después.


Es muy poco probable que lo que he mostrado anteriormente suceda ya que las redes sociales son el futuro, aspecto que llevamos defendiendo desde el principio en este pequeño rincón de Internet.Sin embargo, no deberíamos de estar demasiado tiempo frente a ellas ya que han creado en muchos casos una dependencia realmente peligrosa, lo que hace que las usemos de manera irresponsable.

Una vez comprendimos todo lo anterior, se nos propuso el reto de pasar un fin de semana en desconexión digital, es decir, sin móvil y sin redes sociales. Al principio me daba  mucho miedo (a decir verdad no se por qué, pero ese fue mi primera emoción), después sentí incertidumbre y finalmente nerviosismo. Siempre he tenido presente el reto desde que se nos propuso, pero siempre daba largas y excusas (ya lo haré... queda mucho tiempo... ahora no puedo...). Asique llegó el día 31 de octubre y tuve la suficiente fuerza de voluntad para decir frente a mis amigos "AQUÍ COMIENZA MI DESCONEXIÓN DIGITAL"


Mi "ayuno digital" duró un día y medio y la verdad que mi concepción de mi misma mejoró y mi autoestima subió, superé el reto y salí reconfortada. A continuación iré narrando cómo me sentí:

  • Al principio, decidí que lo mejor iba a ser esconder el teléfono ya que supuse que si no lo veía, no tendría la necesidad de utilizarlo. Sin embargo, pasados unos minutos mi cabeza no paraba de pensar en el móvil ya que quería estar en contacto con mis amigos y ver las publicaciones de mis seguidores en las redes, así que decidí que no tenía porque esconderlo.
  • Fue entonces cuando decidí cogerlo y tenerlo entre mis manos sabiendo que me había comprometido a no utilizarlo. Creo que fue mi punto de inflexión, al darme cuenta de que no podía vivir sin el móvil y noté la dependencia que tenía hacía él.
  • A continuación, seguí haciendo mi rutina habitual y todos los acontecimientos siguieron su curso. Fui al cumpleaños de mi prima. A toda mi familia les sorprendió que no había respondido a los mensajes que me habían mandado, por lo que les expliqué la situación, la verdad es que les pareció mu curioso el experimento. En el cumpleaños sentí un poco de inseguridad por no tenerlo cerca y ver como toda la gente lo estaba utilizando, pero me armé de valor y no lo encendí.
  •   Según fue avanzando el día me olvidé por completo de que estaba haciendo el reto ya que no extrañaba el teléfono, me terminé acostumbrando a esta "nueva situación".
  • Al final del día no tenía necesidad alguna de mirar las notificaciones, tanto fue así que alargué el reto otro día más.
A modo de conclusión, una vez hecha creo que es una buena experiencia con la que podemos darnos cuenta de la adicción que hay en la actualidad con los móviles y las redes sociales.
Os animo a todos a probar esta experiencia, al principio es un poco duro pero según avanza el día ni os acordareis del dispositivo!

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